Yo que estoy abiertamente a favor de la interculturalidad y por consiguiente respeto las tradiciones culturales de los ditintos pueblos, estos días que estamos viviendo me pregunto muchas cosas, preguntas que vienen dadas por la desmedida celebración no del día de "tosantos", sino de la noche de "Halloween".
Me llama escandalósamente la atención, la imposición de esta tradición anglosajona en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Me quedo perplejo como en colegios públicos y privados se centra la atención de un día a nivel de centro en vivir las características de una fiesta que a nosotros ni nos va ni nos viene, y lo peor de todo, que a niños/as y adultos no nos aporta culturamente nada.
Una cosa es trabajar Halloween en clase de inglés y otra muy distinta hacerlo a nivel de centro olvidando la imposición comercial que todo ello supone. Me da coraje ver a niños una noche previa al 1 de noviembre vestidos de brujas o con calabazas, mientras que por otro lado pierden la tradición propia de vestirse de "bobos" o pintarse la cara con un tizón un miércoles de ceniza.
Me pregunto muchas cosas... ¿si Halloween fuera una tradición africana, se vivenciaría de igual forma? ¿tendríamos siquiera conociento de ella?, en fin... Al menos me queda el consuelo de haber vivido una noche inolvidable el día antes de Halloween, sin calabazas, sin esqueletos, sin brujas, sin colores negros... una noche en la que pequeños y mayores reivindicaron sus propias raices y tradiciones a través de la música (así se hace en el folclore -o folklore-) una música identitaria, La Habanera. Sin grandes publicidades y sin grandes apoyos logísticos, pero con la felicidad del trabajo bien hecho y lo reconfortante de ver en un mismo escenario a niños y mayores cantando canciones de tradición popular valverdeña... sin imposiciones comerciales y culturales.
En el Encuentro de Habaneras "Diego Romero Álvarez" del pasado año en su IV edición.
AMEN
ResponderEliminar¡Pos eso!
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